Desaceleración china y optimismo en Wall Street marcan el pulso global

Estamos ante un escenario donde los bancos centrales hacen malabarismos mientras los mercados globales atraviesan episodios de volatilidad que alternan entre el pánico y el optimismo desmedido. En el frente local, el Banco Central del Paraguay sale a explicar contracciones de liquidez, la industria de biocombustibles opera al 30% de su capacidad instalada con potencial sin explotar, y la carne vacuna se lleva el premio al producto con mayor incidencia inflacionaria del año. El panorama internacional no se queda atrás: China desplaza a Estados Unidos como principal socio comercial de Alemania, el oro vive una montaña rusa alimentada por FOMO (miedo a perder una ganancia potencial, sin realizar un análisis exhaustivo) y llamadas de margen, Francia pierde su rating AA mientras S&P aprieta tuercas fiscales, y los bancos estadounidenses respaldan 300 mil millones en crédito privado. Entre resultados corporativos récord en Estados Unidos, desaceleraciones en China que piden más estímulo, y sanciones petroleras que encienden los mercados energéticos, esta semana ofrece un recorrido completo por las dinámicas que están moldeando la economía global.

Paraguay

Cuando el BCP hace malabares con la liquidez

El Banco Central del Paraguay se vio en la necesidad de explicar por qué la liquidez del sistema financiero experimentó una reducción que puso nerviosos a más de un analista. La autoridad monetaria atribuyó esta contracción a dos factores principales: una fuerte colocación de créditos y sus intervenciones en el mercado cambiario. Para ponerlo en términos simples, el BCP se encontró jugando un partido de básquet económico en dos canchas simultáneamente: por un lado, los bancos comerciales estaban prestando dinero como si no hubiera mañana, y por otro, la institución tuvo que entrar al ruedo cambiario para mantener al guaraní comportándose como un ciudadano ejemplar.

La expansión crediticia ha sido particularmente robusta, reflejando la confianza del sector privado en la economía nacional. Esto es como cuando todos tus amigos deciden pedirte prestado el mismo día: técnicamente es señal de que confían en ti, pero tu billetera ciertamente lo siente. Las intervenciones cambiarias, por su parte, representan el delicado arte de mantener la estabilidad sin asfixiar la competitividad. El BCP básicamente está haciendo equilibrio en una cuerda floja mientras hace girar varios platos chinos, una actuación que requiere precisión y nervios de acero.

La explicación del ente rector busca tranquilizar al mercado sobre la naturaleza temporal de esta situación. Es importante destacar que la reducción de liquidez no responde a problemas estructurales sino a la dinámica operativa normal de una economía en expansión, aunque esto no impide que los participantes del mercado mantengan un ojo atento en los próximos movimientos del Central.

Biocombustibles a media máquina, con el tanque medio lleno

La industria de biocombustibles paraguaya está operando como un deportista de élite que apenas está trotando cuando podría estar corriendo maratones. El sector actualmente funciona al 30% de su capacidad instalada, dejando un vasto potencial de expansión sin explotar.

La subutilización del sector se debe principalmente a limitaciones en la demanda interna y desafíos en la comercialización, a pesar de contar con la materia prima y tecnología necesaria. Es la clásica historia del potencial no realizado: como tener todos los ingredientes para el mejor asado del año pero olvidarse de encender el fuego.

El sector representa una oportunidad dorada para la diversificación de la matriz energética nacional y para agregar valor a la producción agrícola local. Con las tendencias globales moviéndose inexorablemente hacia energías más limpias y renovables, Paraguay tiene la chance de posicionarse como un jugador relevante en este mercado. Sin embargo, alcanzar ese objetivo requerirá políticas públicas más decididas, incentivos apropiados y, crucialmente, el desarrollo de mercados de exportación que puedan absorber una producción expandida.

La carne vacuna como protagonista inflacionario

En el teatro de la inflación paraguaya, la carne vacuna se ha ganado el papel protagónico del año, y no precisamente para celebrar. La inflación subyacente X1(mide la evolución de los precios excluyendo elementos volátiles como frutas, verduras, combustibles y servicios tarifados), ha mostrado que la carne vacuna tiene la mayor incidencia en lo que va del 2025. Este producto, fundamental en la dieta nacional y cultural paraguaya, se ha convertido en el villano favorito de los hogares a la hora de hacer las compras mensuales.

El incremento en los precios de la carne refleja tanto factores de oferta, como las exportaciones y el ciclo ganadero, como de demanda interna robusta. Es una tormenta perfecta donde confluyen varios elementos: por un lado, los mercados internacionales están dispuestos a pagar buenos precios por la carne paraguaya, lo que incentiva las exportaciones; por otro, los consumidores locales no están dispuestos a renunciar a sus asados dominicales. El resultado es una puja de precios donde el comprador local termina sintiendo que necesita pedir un préstamo solo para llevar un kilo de costilla a casa.

Esta situación plantea un dilema clásico de política económica: cómo balancear los beneficios de exportar productos de alto valor con la necesidad de mantener precios accesibles para la población local. Es como ser el dueño de una panadería exitosa donde los turistas extranjeros están dispuestos a pagar el doble por tu pan, mientras tus vecinos de toda la vida te miran con cara de «¿y nosotros qué?». Las autoridades económicas tendrán que hilar fino para navegar esta tensión sin caer en soluciones simplistas que podrían generar distorsiones mayores en el mediano plazo.

Estados Unidos

Ganancias corporativas que alegran Wall Street

Las empresas estadounidenses están entregando resultados que tienen a los analistas frotándose las manos con satisfacción. Los resultados corporativos tempranos del tercer trimestre apuntan a las mejores ganancias empresariales en cuatro años. Es como si las empresas estadounidenses hubieran encontrado la fórmula secreta para hacer que todo funcione bien simultáneamente: ventas sólidas, márgenes controlados, y expectativas superadas.

Los sectores de tecnología y finanzas están liderando el desempeño, mostrando fortaleza tanto en ingresos como en rentabilidad. Las empresas tecnológicas continúan beneficiándose de la transformación digital que se aceleró durante la pandemia y nunca se detuvo, mientras que los bancos están disfrutando de un entorno de tasas de interés que, aunque desafiante para algunos prestatarios, ha sido bondadoso con sus márgenes de intermediación. Es el tipo de confluencia afortunada que hace que los CEOs luzcan como genios estratégicos, aunque mucho del éxito probablemente se debe a factores macroeconómicos favorables.

Este desempeño robusto está proporcionando soporte fundamental al mercado de acciones estadounidense, que había estado operando principalmente con base en múltiplos expandidos y esperanzas. Ahora que las ganancias efectivamente están llegando, las valuaciones lucen un poco menos aterradoras. Sin embargo, la pregunta del millón es si esta fortaleza puede sostenerse, especialmente si la economía eventualmente muestra señales más claras de desaceleración. Por ahora, Wall Street está celebrando, pero mantiene un ojo en los indicadores adelantados que podrían sugerir que la fiesta no durará indefinidamente.

Demócratas buscan audiencia con Trump

En un desarrollo que suena como el inicio de una telenovela política, el líder demócrata Schumer anunció que los demócratas están buscando una reunión con el presidente Trump. Esto es equivalente a ver a los rivales deportivos más enconados intentando sentarse a tomar café para discutir las reglas del juego. La búsqueda de diálogo sugiere que, detrás de la retórica pública a menudo incendiaria, hay reconocimiento de que ciertos asuntos requieren cooperación bipartidista.

La solicitud de reunión llega en un momento donde temas críticos como el presupuesto federal y la infraestructura requieren acción legislativa. Estados Unidos enfrenta deadlines importantes que no respetan divisiones partidistas: el techo de deuda necesita elevarse, el presupuesto federal debe aprobarse, y varios programas están esperando renovación o financiamiento. Es la realidad incómoda de la gobernanza: eventualmente tienes que hablar con las personas con quienes discrepas fundamentalmente porque las alternativas son peores para todos.

La gran pregunta es si estas conversaciones producirán algo sustantivo o si terminarán siendo otro capítulo en la larga historia de polarización política estadounidense. Washington tiene un historial reciente de reuniones de alto perfil que generan fotos bonitas pero pocos resultados concretos. Los mercados, que generalmente prefieren la estabilidad política al drama, observan con esperanza moderada, aunque sin apostar demasiado en que surgirá cooperación significativa. Es un recordatorio de que en política, como en los mercados, gestionar expectativas es tan importante como los resultados mismos.

Los bancos abrazan el crédito privado masivamente

El sistema bancario estadounidense está coqueteando agresivamente con el mundo del crédito privado en una escala que hace que los reguladores se rasquen la cabeza. Los bancos estadounidenses están respaldando 300 mil millones de dólares en deuda de crédito privado, según Moody’s. Esta cifra no es solo grande, es astronómicamente significativa, y representa un cambio fundamental en cómo los bancos están participando en mercados financieros alternativos.

La participación bancaria en crédito privado incluye financiamiento directo de fondos, líneas de crédito, y garantías, creando interconexiones complejas entre el sistema bancario regulado y el sector de crédito privado menos regulado. Los bancos esencialmente están construyendo puentes enormes entre el mundo bancario tradicional y el shadow banking (actividades de intermediación financiera que imitan a los bancos tradicionales, pero que operan fuera del sistema bancario regulado), creando una red de conexiones que podría ser tremendamente útil para el funcionamiento del sistema financiero, o tremendamente problemática si algo sale mal. Es como ver a alguien construir una intrincada estructura de dominós: impresionante cuando funciona, pero potencialmente desastrosa si una pieza falla.

Los reguladores están observando este desarrollo con una mezcla de fascinación y preocupación. Por un lado, la participación bancaria en crédito privado podría aportar disciplina y estándares profesionales a un sector que históricamente ha operado con menos vigilancia. Por otro lado, está creando exposiciones de riesgo que son difíciles de cuantificar y podrían, en un escenario de estrés, trasmitir problemas rápidamente entre sectores del sistema financiero. Es otro ejemplo de cómo la innovación financiera constantemente corre más rápido que la regulación, creando zonas grises que eventualmente requerirán clarificación, probablemente después de que algo salga mal.

El mercado petrolero experimentó un sobresalto matutino que recordó a todos que la geopolítica sigue siendo el factor más impredecible en la ecuación energética. Los futuros de crudo estadounidense subieron 1.3% después de que Estados Unidos impusiera sanciones a las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, con advertencias de más sanciones por venir. Es como despertar con la noticia de que tu proveedor de café favorito acaba de cerrar: técnicamente hay otras opciones, pero el pánico inicial es real.

Las sanciones buscan presionar aún más a Rusia restringiendo su capacidad de exportar petróleo, aunque la efectividad de estas medidas dependerá de cuán estrictamente se implementen y si otros compradores las respetan. Estados Unidos está esencialmente jugando un juego de ajedrez energético donde cada movimiento genera contramovimientos, y el tablero es global. Rusia ha demostrado ser notablemente creativa encontrando formas de evadir sanciones anteriores, utilizando flotas fantasmas de tanqueros, ventas a través de intermediarios, y descuentos generosos a compradores dispuestos a ignorar presiones occidentales.

El mercado petrolero está respondiendo no tanto a la certeza de que estas sanciones reducirán efectivamente el suministro global, sino a la incertidumbre sobre qué podría pasar. En mercados de commodities, la incertidumbre siempre agrega una prima de riesgo al precio. Los traders están calculando escenarios, los analistas están revisando balances de oferta y demanda, y los consumidores finales están mirando nerviosamente los precios en las estaciones de servicio. Es un recordatorio de que en el mercado energético del siglo XXI, la geopolítica sigue siendo tan importante como la geología, y a veces mucho más impredecible.

Mundo

El oro en modo montaña rusa existencial

El mercado del oro ha entrado en lo que solo puede describirse como una fase de histeria colectiva sofisticada. El metal precioso está experimentando una volatilidad extraordinaria alimentada por el miedo a perderse la oportunidad (FOMO) y el terror a las llamadas de margen. Es como ver a inversores institucionales comportándose como adolescentes en una preventa de entradas para un concierto, pero en lugar de boletos están comprando lingotes por miles de millones de dólares.

Los precios del oro han alcanzado máximos históricos, impulsados por la incertidumbre geopolítica, las preocupaciones sobre la inflación y el debilitamiento del dólar estadounidense. Lo fascinante de esta situación es que el oro está funcionando simultáneamente como refugio seguro y como activo especulativo, una dualidad que normalmente causaría un cortocircuito en la lógica de mercados. Los inversores están comprando oro porque tienen miedo, pero también porque ven que sube y no quieren quedarse afuera, creando un ciclo de retroalimentación que tiene todas las características de una burbuja clásica, excepto que nadie quiere decir la palabra «burbuja» en voz alta.

Las llamadas de margen están forzando a algunos participantes del mercado a liquidar posiciones, añadiendo más volatilidad a un mercado ya nervioso. Esto genera momentos de pánico donde los precios pueden caer bruscamente, solo para recuperarse minutos después cuando entran compradores oportunistas. Es el equivalente financiero de una montaña rusa diseñada por alguien con serios problemas de indecisión.

China le quita el puesto a Estados Unidos en Alemania

En un giro que habría parecido de ciencia ficción hace apenas una década, China ha superado a Estados Unidos como el principal socio comercial de Alemania. Este cambio de guardia económico es como ver al nuevo estudiante superar al capitán del equipo que llevaba el título por generaciones. Para Alemania, potencia exportadora por excelencia y corazón industrial de Europa, este reordenamiento comercial tiene implicaciones que van mucho más allá de simples estadísticas de importación y exportación.

El comercio bilateral entre Alemania y China alcanzó niveles récord, superando los flujos comerciales con Estados Unidos por primera vez en décadas. Las empresas alemanas, especialmente los fabricantes de automóviles y maquinaria industrial han encontrado en China no solo un mercado masivo sino también un socio cada vez más sofisticado tecnológicamente. Sin embargo, esta dependencia creciente también genera nerviosismo en círculos políticos europeos, que ven con preocupación cómo la economía alemana, y por extensión la europea, se vuelve cada vez más entrelazada con Beijing.

La situación coloca a Alemania en una posición geopolítica delicada, tratando de mantener su alianza atlántica con Estados Unidos mientras profundiza vínculos económicos con China. Es como tener que elegir en qué mesa sentarte en la cafetería de la escuela, excepto que las mesas representan bloques económicos de trillones de dólares y tu decisión afecta a millones de empleos. La cancillería alemana está esencialmente haciendo diplomacia económica de alta complejidad, intentando no ofender a nadie mientras maximiza sus intereses comerciales.

La inflación en el Reino Unido está mostrando una terquedad digna de un bulldog británico. La tasa de inflación se mantuvo en 3.8% en septiembre, sin cambios respecto al mes anterior. Para el Banco de Inglaterra, esto representa un dolor de cabeza persistente que ninguna cantidad de aspirina monetaria parece aliviar. La meta de inflación del banco central es del 2%, lo que significa que actualmente están tan lejos del objetivo como un golfista amateur lo está del hoyo en uno.

La persistencia de la inflación refleja presiones continuas en los costos de servicios y alimentos, a pesar de la caída en los precios de energía. Es como apagar un incendio en una habitación mientras se enciende otro en la de al lado: los precios de la energía finalmente están dando tregua, pero el sector de servicios, que representa la mayor parte de la economía británica, continúa presionando al alza. Los costos laborales siguen elevados, los consumidores británicos siguen gastando, y las empresas siguen trasladando costos, creando una inercia inflacionaria difícil de romper.

Esta situación deja al Banco de Inglaterra en un dilema clásico: mantener las tasas de interés altas para combatir la inflación arriesga desacelerar demasiado la economía, pero bajarlas prematuramente podría permitir que la inflación se enquiste permanentemente en niveles inaceptables. Es el equivalente monetario de caminar por la cuerda floja mientras haces malabarismos con antorchas encendidas, sin red de seguridad y con el público gritando instrucciones contradictorias.

En un momento donde muchos gestores de fondos están explicando tímidamente sus pérdidas, los fondos de cobertura (hedge funds) brasileños están superando los índices de referencia gracias a apuestas alcistas que resultaron acertadas. Es como ver al estudiante que todos pensaban que reprobaría el examen sacando la mejor nota de la clase. Los gestores brasileños demostraron que conocer profundamente los mercados locales y tener estómago para tomar posiciones contrarias puede generar retornos excepcionales.

Las estrategias exitosas incluyeron posiciones largas en acciones brasileñas y apuestas direccionales en tasas de interés que capitalizaron correctamente los movimientos del Banco Central. Mientras el resto del mundo miraba a Brasil con escepticismo, preocupados por la política fiscal y las tensiones políticas internas, estos fondos vieron oportunidades donde otros veían riesgos. Compraron cuando había sangre en las calles, parafraseando el viejo adagio de inversión, y están cosechando las recompensas.

Este desempeño excepcional pone a los hedge funds brasileños en el mapa global y demuestra que los mercados emergentes pueden ofrecer retornos ajustados por riesgo superiores cuando se navegan correctamente. Sin embargo, también sirve como recordatorio de que estos mercados requieren expertise local genuino, no solo modelos importados de Wall Street que asumen que todos los mercados funcionan igual. El éxito brasileño es tanto una lección de humildad para gestores internacionales como una validación para quienes apuestan por entender profundamente contextos locales específicos.

Standard & Poor’s decidió darle a Francia un correctivo crediticio que resonó en toda Europa. La agencia calificadora rebajó la nota de Francia de AA a AA-, citando riesgos elevados en la consolidación presupuestaria. Para un país que se enorgullece de su estatus como potencia económica europea, esto es equivalente a que el director del colegio te quite la insignia de prefecto frente a toda la escuela. La degradación refleja preocupaciones crecientes sobre la capacidad de Francia para controlar su déficit fiscal y deuda pública en un contexto político fragmentado.

La rebaja refleja la dificultad del gobierno francés para implementar reformas fiscales estructurales necesarias para reducir el déficit, que permanece por encima de los límites establecidos por la Unión Europea. Francia se encuentra en la incómoda posición de ser demasiado grande para ser ignorada pero aparentemente demasiado disfuncional políticamente para arreglar sus finanzas públicas. Las protestas callejeras ante cualquier intento de reforma, un parlamento fragmentado, y una población acostumbrada a generosos beneficios sociales crean una tormenta perfecta para la parálisis fiscal.

El problema para Europa es que Francia no es Grecia: es la segunda economía más grande de la Eurozona y un pilar fundamental del proyecto europeo. Una Francia con problemas fiscales sostenidos representa un riesgo sistémico que podría eventualmente arrastrar a toda la unión monetaria. Es como descubrir que uno de los pilares principales de tu casa tiene termitas: puede que no colapse inmediatamente, pero definitivamente necesitas hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde. Los mercados europeos observan con atención creciente si el gobierno francés finalmente encontrará la voluntad política para tomar medidas dolorosas pero necesarias.

El panorama político japonés está tomando un nuevo giro con Takaichi (Primera ministra) encaminándose hacia el liderazgo del gobierno de coalición, un desarrollo que ha impulsado al alza los mercados de acciones. Los inversores están recibiendo esta noticia con el entusiasmo de quien acaba de descubrir que su restaurante favorito tiene una nueva promoción. El mercado bursátil japonés, que ha estado buscando catalizadores positivos como un detective busca pistas, encontró motivos para celebrar en esta transición política.

Los mercados anticipan que el nuevo liderazgo mantendrá políticas económicas favorables al crecimiento y continuará apoyando al sector corporativo. Japón ha estado lidiando durante décadas con los fantasmas de la deflación, el envejecimiento poblacional y el estancamiento económico, una combinación que haría temblar a cualquier policymaker (responsables públicos hacedores de políticas locales, regionales, nacionales o internacionales). La esperanza es que un liderazgo renovado pueda inyectar nueva energía a las reformas estructurales que el país necesita desesperadamente. Sin embargo, el escepticismo también está presente: Japón ha visto varios cambios de liderazgo prometedores que eventualmente se diluyeron en la realidad política del país.

Lo interesante es cómo los mercados están eligiendo el optimismo sobre el escepticismo, al menos por ahora. Las acciones japonesas están reflejando expectativas de que esta vez será diferente, aunque la historia sugiere precaución. Es un voto de confianza anticipado, pero como todo en mercados financieros, sujeto a revisión rápida si las políticas prometidas no se materializan en acciones concretas. Los próximos meses serán cruciales para determinar si este rally bursátil estaba justificado o si fue simplemente otro ejemplo de esperanzas excediendo realidades.

La economía china está mostrando señales de fatiga que tienen a los policymakers de Beijing considerando seriamente abrir la chequera estatal. El crecimiento del PIB de China en el tercer trimestre se desaceleró al nivel más bajo del año, reforzando los llamados para mayor estímulo económico. Para una economía que se acostumbró a crecer a tasas que harían sonrojar a cualquier país desarrollado, esta desaceleración es como ver a un atleta olímpico quedarse sin aliento subiendo escaleras.

La desaceleración refleja la debilidad persistente en el sector inmobiliario, la cautela en el consumo doméstico, y el impacto de las tensiones geopolíticas en el comercio exterior. China está lidiando simultáneamente con múltiples problemas: el sector inmobiliario, que solía ser el motor de crecimiento confiable, está en cuidados intensivos tras años de excesos; los consumidores chinos, traumatizados por la pandemia y la incertidumbre económica, están ahorrando en lugar de gastar; y el mundo exterior está menos dispuesto a absorber exportaciones chinas sin condiciones. Es como intentar manejar un auto con tres llantas desinfladas simultáneamente.

Beijing se enfrenta a una decisión difícil: implementar estímulos masivos arriesga crear más desequilibrios y deuda, pero no hacer nada podría permitir que la economía se deslice hacia un estancamiento al estilo japonés. Los policymakers chinos están esencialmente tratando de encontrar el punto dulce entre demasiado y muy poco estímulo, una tarea que requiere precisión quirúrgica en un momento donde las herramientas disponibles son cada vez menos efectivas. El mundo observa con interés ya que una China desacelerándose tiene implicaciones globales significativas, desde precios de commodities hasta cadenas de suministro internacionales.

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