Esta semana nos regaló el cóctel perfecto para los analistas financieros: un cierre gubernamental en Washington que hace parecer a nuestro Congreso como modelo de eficiencia, mercados que siguen sin entender si la inflación es el enemigo o ya es un amigo incómodo, y Arabia Saudita recordándole al mundo quién realmente controla la llave del petróleo. Mientras tanto, el dólar estadounidense está teniendo una crisis existencial digna de una serie de Netflix. Bienvenidos al caos organizado de las finanzas globales.

Paraguay

La Bolsa paraguaya rompiendo récords como si fuera deporte olímpico

En septiembre, la Bolsa de Valores de Asunción movió USD 690 millones, acercándose peligrosamente al récord anual de 2024 que cerró en USD 6.600 millones. El mercado bursátil local está en una racha digna de admiración: después de registrar un crecimiento del 39% en 2024, el momentum continúa.

El dólar: ¿qué tan bajo puede llegar?

El tipo de cambio cerró septiembre estabilizado en torno a los G. 7.000 por dólar, marcando una apreciación significativa del guaraní que tiene a más de uno preguntándose si esta vez es diferente. Para dimensionar: el dólar llegó a cotizar por encima de G. 8.000 en abril de 2025, y ahora ronda los G. 7.000-7.100. Esta apreciación del guaraní (aproximadamente 12% desde los máximos) refleja tanto la fortaleza relativa de la economía local como la debilidad generalizada del billete verde a nivel global. El BCP seguramente está monitoreando esto con la misma intensidad con la que uno vigila la olla a presión.

Estados Unidos

Shutdown: Porque nunca es suficiente drama en Washington

El gobierno federal estadounidense entró en shutdown el 1 de octubre después de que demócratas y republicanos demostraran una vez más que la disfuncionalidad bipartidista es el único consenso real que existe en el Capitolio. La disputa gira en torno a subsidios del Obamacare (nombre popular del Affordable Care Act o Ley de Cuidado de Salud Asequible, una reforma del sistema de salud de Estados Unidos aprobada en 2010 durante la presidencia de Barack Obama) y recortes de impuestos, porque aparentemente cerrar el gobierno es preferible a, ya saben, gobernarlo. El cierre amenaza con retrasar datos económicos críticos, incluyendo el reporte de empleo de septiembre, dejando a la Reserva Federal navegando a ciegas justo cuando necesita decidir sobre tasas de interés. Los mercados están preciando una probabilidad del 100% de un recorte de tasas en octubre, porque si la Fed no puede ver los datos, mejor asumir lo peor y recortar de todas formas. La lógica es impecable.

Manufactura estadounidense: séptimo mes de contracción, pero ¿quién está contando?

El índice ISM de manufactura registró 49.1 en septiembre, marcando el séptimo mes consecutivo de contracción (cualquier lectura bajo 50 indica contracción). Aunque es una mejora marginal respecto al 48.7 de agosto, la manufactura estadounidense sigue comportándose como invitado incómodo en la fiesta de la recuperación económica. Para contexto: después de contraerse durante 26 meses seguidos (noviembre 2022-diciembre 2024), el sector tuvo un breve respiro de dos meses a principios de año antes de volver a la contracción en marzo. El único destello de esperanza en agosto fue el índice de Nuevas Órdenes, que subió a 51.4, pero en septiembre volvió a caer a 48.9, confirmando que fue más espejismo que tendencia. Mientras tanto, los aranceles de Trump siguen ejerciendo presión sobre los costos de insumos, y las empresas manufactureras están descubriendo que «Make America Great Again» viene con un precio bastante literal en términos de inflación de costos.

Mundo

Arabia Saudita abre las compuertas: OPEC+ y el delicado baile del petróleo

Las exportaciones petroleras sauditas saltaron a 6.42 millones de barriles diarios en septiembre, el nivel más alto en 18 meses, marcando un aumento de más de 600,000 barriles diarios respecto a agosto. Este incremento es la manifestación tangible de la decisión de OPEC+ de aumentar producción gradualmente, aunque con cautela: solo 137,000 barriles diarios en octubre, una fracción de los aumentos previos de 555,000 bpd. Arabia Saudita está jugando un juego complejo: recuperar cuota de mercado sin colapsar precios, castigar a países miembros que producen de más (sí, vos Kazajistán), y mantener suficientes reservas bajo tierra por si el mundo decide que el cambio climático es real después de todo. Spoiler: hasta ahora, los precios del petróleo cayeron 15% en el año, demostrando que incluso los sauditas pueden tener problemas para manipular un mercado global.

El dólar en las reservas globales: ¿hegemonía o hegemonía light?

La participación del dólar en las reservas de divisas globales cayó a 56.3% entre abril y junio, el nivel más bajo en 30 años según el FMI (Fondo Monetario Internacional). Pero antes de que empiecen los funerales del billete verde, una aclaración: la mayor parte de esta caída se debe a la depreciación del dólar mismo (efecto denominador), no a ventas masivas por parte de bancos centrales. Ajustado por tipo de cambio, la proporción se mantuvo relativamente estable. Sin embargo, la tendencia de largo plazo es innegable: desde el 71% en 2001, el dólar ha perdido terreno gradualmente frente a monedas «no tradicionales» como el yuan chino, el dólar australiano y el dólar canadiense. El euro sigue siendo el segundo lugar distante con 19.83%. El mensaje es claro: el dólar sigue siendo rey, pero ahora gobierna como monarca constitucional en lugar de emperador absoluto.

Europa: inflación que sube, BCE que espera

La inflación en la eurozona aceleró a 2.2% en septiembre desde 2.0% en agosto, alcanzando el nivel más alto en cinco meses, impulsada principalmente por servicios (3.2%) y una desaceleración menor en la caída de precios energéticos. La inflación subyacente (excluyendo alimentos y energía) se mantuvo estable en 2.3% por quinto mes consecutivo, sugiriendo que las presiones de precios subyacentes no están empeorando, pero tampoco están mejorando significativamente. El BCE, en su infinita sabiduría cautelosa, decidió mantener tasas sin cambios en su reunión de septiembre por segundo mes consecutivo, manteniendo la tasa de depósito en 2.0%. Christine Lagarde (Presidenta de la entidad) y compañía están claramente en modo «esperemos y veamos», tratando de equilibrar el crecimiento anémico de la eurozona (solo 0.1% en el segundo trimestre) con una inflación que se resiste obstinadamente a regresar completamente al objetivo del 2%. Los mercados esperan que el BCE mantenga esta postura en octubre, porque en un mundo de incertidumbre, la inacción es al menos predecible.