Reserva Federal de Estados Unidos mantiene tasas de interés estables
La Reserva Federal estadounidense mantuvo las tasas de interés sin cambios en su reunión del miércoles 18 de junio, sosteniendo la tasa objetivo entre 4.25% y 4.5%, nivel que se mantiene desde diciembre pasado. Esta decisión fue ampliamente esperada por los mercados, que no anticipaban movimientos en esta reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (principal órgano de la Reserva Federal encargado de la política monetaria).
A pesar de la estabilidad actual, la Fed mantiene su perspectiva de realizar dos recortes de tasas durante el resto de 2025, aunque ha reducido las expectativas de cortes para 2026 y 2027. Las proyecciones económicas revelan presiones estanflacionarias, con el crecimiento del PIB proyectado en apenas 1.4% para 2025 y una inflación que alcanzaría el 3%. Estas cifras representan una revisión a la baja de 0.3 puntos porcentuales para el PIB y un incremento de la misma magnitud para el índice de precios.
Los funcionarios de la Fed continúan monitoreando los riesgos que afectan su mandato dual de empleo e inflación. El presidente Trump ha mantenido su crítica hacia la política monetaria, considerando que las tasas deberían estar al menos dos puntos porcentuales más bajas.
Consumidor americano se repliega en el mayor golpe del 2025
Las ventas minoristas cayeron 0.9% en mayo, superando las expectativas de declive del 0.6% según Dow Jones. Esta disminución siguió a una pérdida del 0.1% en abril, marcando el mayor retroceso del año y generando preocupaciones sobre el estado del consumo estadounidense.
El declive refleja la creciente cautela de los consumidores ante la incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas. Las ventas, excluyendo automóviles, cayeron 0.3%, mientras que en términos anuales aumentaron 3.3%. Esta situación refuerza las expectativas de que la Fed podría considerar recortes de tasas más adelante en el año.
China mantiene tasas de referencia estables
China mantendrá sus tasas de referencia sin cambios en la fijación mensual del viernes, según encuesta de Reuters (agencia de noticias global y proveedor de información financiera y de noticias), tras implementar amplias medidas de flexibilización monetaria en mayo. En ese mes, el Banco Popular de China redujo la tasa preferencial de préstamos a 1 año de 3.1% a 3.0%, y en el plazo de 5 años, pasó de 3.6% a 3.5%.
Esta pausa temporal en las acciones de estímulo ocurre en un contexto de relativa tregua comercial con Estados Unidos. Sin embargo, los mercados continúan apostando por más estímulos considerando los desafíos persistentes de la segunda economía mundial.
Las autoridades chinas han mostrado cautela, priorizando la estabilidad financiera mientras buscan equilibrar el crecimiento económico con la gestión de riesgos. El banco central mantiene una postura vigilante ante los indicadores domésticos, incluyendo el sector inmobiliario, el consumo interno y la inversión empresarial.
Banco de Japón desacelera reducción de compras de bonos
El Banco de Japón anunció que desacelerará los recortes a las compras de bonos gubernamentales a partir de abril de 2026, mientras mantuvo la tasa de referencia en 0.5%. La institución continuará reduciendo sus compras mensuales de JGB en aproximadamente 400 mil millones de yenes por trimestre hasta marzo de 2026, y posteriormente desacelerará los recortes a 200 mil millones de yenes por trimestre hasta marzo de 2027. Esta estrategia refleja un enfoque más cauteloso hacia la normalización de la política monetaria.
Los rendimientos de los bonos japoneses a 30 años alcanzaron máximos de varias décadas hacia finales de mayo, llegando al 3.2% el 21 de mayo, antes de retroceder a niveles actuales de alrededor del 2.93%. La economía japonesa enfrenta un panorama mixto: mientras el PIB se contrajo 0.2% en el trimestre terminado en marzo debido al declive de las exportaciones, la inflación ha permanecido persistentemente por encima del objetivo del 2% durante aproximadamente tres años, con la tasa principal de abril alcanzando 3.6%.
El gobernador Kazuo Ueda ha indicado que la institución continuará elevando las tasas gradualmente una vez que tenga mayor convicción sobre la convergencia de la inflación subyacente hacia el objetivo del 2%. Esta postura cautelosa busca equilibrar el control inflacionario con el apoyo al crecimiento económico en un contexto de incertidumbre, donde las exportaciones muestran debilidad, pero la presión de precios permanece elevada.
Escalada en el conflicto Israel-Irán: Posibles implicancias en la economía paraguaya
La escalada del conflicto militar entre Israel e Irán, registrada a partir del 12 de junio de 2025, produjo efectos inmediatos en los mercados internacionales, especialmente en el sector energético. Durante los días posteriores al inicio de las hostilidades, el precio del crudo Brent —principal referencia internacional— experimentó un incremento acumulado de aproximadamente USD 10 por barril, lo que representó una suba del 12 % respecto a su nivel previo. El barril alcanzó los USD 78 el 13 de junio, máximo no observado desde enero del mismo año. A pesar de una leve corrección posterior, la elevada percepción de riesgo geopolítico mantuvo el precio en torno a los USD 75 por barril al 17 de junio.
El encarecimiento del crudo obedece, fundamentalmente, a la percepción de riesgo en torno a la continuidad del suministro global. Irán produce alrededor de 3,4 millones de barriles por día, de los cuales aproximadamente la mitad se destina a exportación. En paralelo, el conflicto incrementó la sensibilidad del mercado respecto al Estrecho de Ormuz, paso estratégico por el que transita aproximadamente el 20 % del petróleo comercializado a nivel mundial. Si bien no se han registrado bloqueos efectivos en la zona, el contexto de tensión regional ha resultado suficiente para generar aumentos en los costos logísticos, primas de seguros de carga, y volatilidad en los precios internacionales.
Este escenario energético global afecta directamente a economías altamente dependientes de las importaciones de hidrocarburos, como es el caso de Paraguay. El país no cuenta con producción nacional de petróleo ni de sus derivados y debe cubrir el 100 % de su demanda mediante importaciones, lo que lo expone de forma inmediata a cualquier variación de precios en los mercados internacionales.
La transmisión del shock externo al mercado local se produce principalmente a través de los precios de los combustibles. Las distribuidoras privadas, que operan bajo esquemas de reposición dinámica y con inventarios reducidos, ajustan sus precios en función del costo de reposición de productos importados. Por lo tanto, en un contexto de aumento sostenido del precio internacional del crudo, los ajustes en los precios de venta al público pueden observarse en un plazo relativamente breve.
Por su parte, la petrolera estatal Petropar, que opera bajo un esquema comercial diferenciado, cuenta con capacidad para adquirir combustible en condiciones de mayor volumen y negociar contratos con márgenes temporales más amplios. Esta característica le permite, en ciertos escenarios, amortiguar parcialmente las variaciones de corto plazo en el precio internacional. No obstante, en caso de consolidarse una tendencia alcista sostenida, las estructuras de costos de la empresa también se ven afectadas, y los precios en surtidor deben ajustarse conforme a las condiciones de reposición del mercado internacional.
El aumento en el precio de los combustibles genera una serie de impactos de carácter directo e indirecto sobre la economía real. Entre los efectos directos más inmediatos se destacan el encarecimiento del transporte de carga y pasajeros, el aumento de los costos logísticos asociados a la distribución interna de bienes y servicios, y el incremento de los costos operativos de sectores productivos intensivos en el uso de gasoil, como la agricultura mecanizada, la producción agroindustrial y el transporte terrestre de larga distancia.
En el plano indirecto, los combustibles actúan como insumos transversales en la estructura de costos de múltiples sectores. Aumentos en su precio tienden a repercutir en el nivel general de precios, con efectos particularmente visibles en rubros como alimentos, materiales de construcción, manufacturas, servicios de distribución, y productos importados con componentes logísticos relevantes. Este tipo de transmisión se manifiesta típicamente con rezago en los indicadores agregados de inflación, pero puede observarse de forma más inmediata en los precios relativos sectoriales.
Además del canal inflacionario, el encarecimiento de la energía impacta sobre la balanza comercial y la demanda de divisas. A medida que el precio internacional del petróleo se incrementa, también lo hace el valor total de las importaciones energéticas. Este fenómeno tiende a presionar la cuenta corriente de la balanza de pagos, especialmente si no se produce una compensación equivalente por el lado de las exportaciones o de los flujos financieros de capital. El efecto final es un aumento en la demanda de divisas para financiar importaciones, lo que puede generar tensiones adicionales en el mercado cambiario doméstico.
A nivel financiero, el fortalecimiento del dólar estadounidense como activo refugio en contextos de conflicto internacional tiende a apreciarlo frente a monedas emergentes. En el caso paraguayo, esto se traduce en un aumento del tipo de cambio nominal frente al guaraní, encareciendo aún más los bienes y servicios importados y amplificando el efecto inflacionario local a través del canal cambiario. Este comportamiento se ve reforzado por la necesidad de cobertura cambiaria por parte de empresas importadoras, que ante escenarios volátiles suelen anticipar compras de divisas.
En paralelo, los mercados de capital tienden a reflejar estos cambios en su estructura de tasas de interés. La mayor demanda de liquidez en moneda local, combinada con la reducción del circulante derivada de mayores pagos en divisas por importaciones, genera un entorno de mayor competencia por fondeo. Esta dinámica eleva los rendimientos exigidos en colocaciones en guaraníes y encarece el costo del crédito para empresas y consumidores.
En suma, el incremento del precio internacional del petróleo, originado por el conflicto entre Israel e Irán, está generando impactos multilaterales en economías como la paraguaya, altamente expuestas a las condiciones del comercio internacional de energía. La evolución de los precios internacionales y la duración del conflicto serán variables clave para monitorear el comportamiento del mercado local en los próximos meses.